Pensamientos conscientes sobre la vida habiendo dejado de pensar en la vida viviendo todavía

Pienso que pensar es malo y hay que dejarse ir porque sólo así dejas de pensar porque cuando pienso me hago problemas por todo y no disfruto de nada, como cuando me despierto después de haberlo pasado bien y pienso que tengo sueño y no me apetece hacer nada, ni reírme, aun pensando en lo bien que me lo pasé, pensando que tengo sueño pero sin poder dormir más, afrontado así un día más de mi vida, comenzando con una película que ver para distraerme del sueño que tengo mientras tomo unos cafés, porque sólo con el segundo, con cuatro capsulas empiezo a sentirme mejor para afrontar un día que de otro modo me da pereza, porque pienso en lo que me depara estando tan cansado que no me apetece comenzar, pero que comienzo igual, porque mi objetivo es no pasarlo mal ya, no es ningún otro que tuve a lo largo de mi vida, ni los que me marqué tras leer libros como Construye tu sueño, de Luis Huete, ni la Brújula Interior, de Alex Rovira, ni cuando mi madre me ayudaba a completar en una hoja cuáles eran  mis objetivos a corto, mediano y largo plazo, que optimicé leyendo a Napoleón Hill cuando me aconsejó escribir un solo objetivo, escribirlo y leerlo todas las veces posibles porque así se me grabaría en el subconsciente y desde ahí accedería involuntariamente a mi consciente para alcanzarlo inconscientemente aunque estuviera consciente, porque en unos u otros los fui cumpliendo o perdí la ilusión en cumplirlos porque aprendí cosas que me hicieron desistir de cumplir objetivos, ni los míos ni otros, porque con objetivos me marcaba metas a las que llegar cuando sabía correr y no conocía la meta, pero ahora que conozco la meta de mis objetivos, es una meta inalcanzable porque maté el fin al conocer la verdad de la vida que tenía antes, cuando me marcaba objetivos, siendo lo que pienso que ningún objetivo me puede hacer feliz porque cuando me los marco al poco la vida se me planta en frente para darme con un canto en los dientes y hacer que me deje de gustar ese objetivo porque vi la verdad o cómo me aburría, y el aburrimiento evito para no perder mi vida aburrido, y para no aburrirme hago cosas, pero no me marco metas ni objetivos, intento despejarme para tener ganas de algo en la vida, porque si no lo hago estoy cansado y me aburro y me pongo de mal humor, triple experiencia negativa con efectos duraderos que no me gustan, pero que aún así paso para pasar el rato haciendo algo, aunque piense que ese día no haré nada, pero acabo haciendo porque me gusta hacer algo, y ahora que desconecté unos días de lo que sentía por haber escrito sintiendo involuntariamente, mientras escuchaba música y escribía al azar lo que me venía a la cabeza, aunque fuera cansado porque pensaba, pero siendo una buena forma de sentir para despejarse, aunque fuera por un rato, para terminar de joderme lo último que me quedaba en la vida, la ilusión y gracia por la música, porque sólo así me gusta, cuando me despierto como hoy, después de haber dormido 12 horas de reloj, pongo música y no quiero oír nada que tenga letra, porque la letra me evoca recuerdos de alguna historia, o porque me doy cuenta luego que las historias son cualquier cosa, como cuando escucho a los Rolling Stones en I can´t get no, Satisfaction, que percibo que es muy buena pero que la letra cuenta un cuento chino, que es la segunda canción de ese grupo que escucho en los últimos meses en chino, a los que fui a ver siendo pequeño con mis tías Silvia y Olga, con mi primo Jorge, Cristina, su sobrina, mi hermano y yo, al Estadio Vicente Calderón, como conté en otra experiencia, pero que nunca me gustó muchísimo, aunque me compré varios CD´s, el último que recuerdo, no me acuerdo, y lo tengo que buscar, Voodoo Lounge, y la primera canción que suena me resuena al escucharla, Love Is Srong, y prefiero que resuene así, con mi nueva forma de sentir, porque no es extraña y no me molesta, me dice que tenía ganas de conocerme, porque soy muy dulce, y soy un bebé al que le gusta la crema, con el que hace un equipo fantástico, porque somos fuertes, y algún día nos tenemos que conocer, pero ya nos conoceremos cuando la oscuridad se vaya de mi, porque le hago débil, y no quiere desenmascararse porque le vuelo la cabeza y me volará la mía, pero siendo dulce, nos conoceremos en algún momento en el que se haga la luz en el firmamento, que son letras que resuenan, que si pienso me dicen que ese grupo que habrían conformado miembros de mi familia, con Héctor Antonio en él, ahora me transmite un mensaje en el que me dice que me quede con la letra pero que no se encontrará conmigo, y que si lo hace será para decirme cuando lo haga que soy un mentiroso si no logro renunciar a unas acciones legales por unos juicios en los que no es parte, que no se pueden renunciar voluntariamente porque las decisiones de los Jueces que deben decidir si aceptan o no la renuncia le obedecen, y que si lo hago no me asegura nada distinto a que me vea renunciar de algo que no le importa porque aunque no lo haga hará lo que quiera, como cuando agilizó otra acción que inicié contra Bentónicos de Argentina, empresa rusa, con unos plazos que no existen ni en Argentina ni en España, en el que, a pesar de que los elementos aportados daban a entender por alguien imparcial, subjetivo, independiente, que me debía honorarios, al final los honorarios me los impusieron a mí, porque no me dieron la razón y me impusieron las costas, con un Juez que estaba cantado que era él o un amigo suyo, porque sólo un currículum como ese, con un nombre particular, y unos gustos exclusivos de él, con unos estudios poco usuales, y opiniones como experto en mitología griega, que elige al Fiscal del juicio, que deriva una denuncia por corrupción que realicé en el marco de ese procedimiento por sorteo a sede penal y que resuelve Ariel Lijo, controvertido Magistrado designado para ser miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que pese a ser un corrupto avanza sin oposición a pesar de ser criticado por los diarios más reconocidos y los juristas más independientes, que firma en varios Juzgados como firma María Rita Acosta, bastando que alguien se levante de su silla para ocupar esa vacante por levantarse de la silla y firmar en ese Juzgado para despistar en nombre de la titular del Juzgado sin que se sepa quien firmó salvo que se sabe que fue él, encantándole a Héctor hacerme bailar cuando quiero algo para luego decirme cualquier cosa involuntariamente, pero dejándome claro que él me dijo que no me quería ver porque ya me dijo que si te he visto no me acuerdo, habiéndomelo dejado claro cuando le vi a través de la pared de mi derecha, en el piso de la vecina, la dueña del puto perrito que ladra cuando más rabia me da para quemarme la cabeza, un día en el que me lo estaba pasando muy bien después de haberlo pasado muy mal, en el que me pidió que gritara a la policía para que vinieran a mi domicilio, les dijera que me estaba poniendo de cocaína, dejándole ver a Lara, su hija, que no pasaba nada, que también estaba con él y me veía desde un banco un poco más bajo que el suyo, lo que hice riéndome mientras me movía como una lagartija porque no era yo el que me movía, porque me movía involuntariamente, y cuando llegó la policía, tocaron el timbre, les abrí, les grité que me estaba poniendo e cocaína sin que lo estuviera haciendo pero dándome igual, me preguntaban que qué hacía, se lo repetía, me decían que que me pasaba, les volvía a decir que me estaba poniendo unas rayas, ante lo que se marcharon, y como seguí disfrutando, tirando todo lo que encontraba por el suelo, retorciéndome encima de una mesa que coloqué en el medio para sentir mejor, como una estrella de Rock & Roll, pero en una exhibición dirigía a Lara, porque además de ver lo que pasaba al decir eso, me dijo Héctor que era la próxima que celebraría después mía un cumpleaños que se me dijo que era mi 50 cumpleaños cuando tengo 47 y no cumplo años hasta septiembre, y me pegunto ahora que qué celebraría, porque teniendo pocos años, siendo una adolescente, será más la mayoría de edad que la mitad de la vida antes de llegar a 100 años, pero eso es algo que pienso ahora, porque ese día después de eso, me seguía pidiendo Héctor que llamase de nuevo a la policía, y sin poder llamarla la gritaba diciendo que me estaba poniendo, o saliendo al pasillo y tocando el timbre de los vecinos, abriéndome la puerta personas distintas que no conozco y que no son la que me dice mi madre que vive allí, la Presidenta de la Comunidad de Propietarios, pero que muestran que saben que se que son los vecinos de los que hablo, porque me preguntan que quiero, les contesto que quiero ver a mis amigos, y me contestan que no están, o los pregunto cualquier cosa y me contestan cualquier cosa, pero con cara de no poder contestar otra cosa, para después, al poco, ver como llega de nuevo la policía, a la que le vuelvo a decir que me estoy poniendo de cocaína, me preguntan varias veces que qué hago, se lo contesto, me preguntan si pueden pasar, les contesto que sí, me doy la vuelta, y caigo desmayado despertándome encima de mi cama, con pérdida del recuerdo de esos momentos, que mezclo con otros previos, pero que son así, porque cuando veo, me piden que me siente en una silla en la que la rodean más de 10 enfermeras, y Lara y Héctor ya no están ni miran, porque antes de que pasara eso me dijo Héctor que daba vergüenza, que él se iba, que no me conocía de nada, se levantó y lo vi irse, dejándome sólo ahí, habiéndome pedido que hiciera lo que decía que le avergonzaba, en una situación que hasta ahí podía aceptar, pero que después de haber vivido lo que me pasó después, todavía hoy me da bronca pensar lo que me hicieron, porque se ensañaron contra mí de mala manera, sin importarles nada como persona, que siente, o que no, demostrándome que lo humano no es lo primordial ni para médicos, ni para psiquiatras, ni para psicólogos, ni para familiares, ni para mi madre, ni para mi hermano, solo para mí, uno que decía que era humanista siendo abogado, como le escribí a Hugo Alconada Mon cuando sabía que no era él el que contestaba, diciéndole que era el Diablo, y que Baltasar Garzón Real se merecía el Premio Nobel de la Paz, que estaba copiado en el e-mail, sobre el que Hugo me había preguntado que por qué lo copiaba, y yo contestaba copiándolo de nuevo para restregárselo por la cara, aunque luego se me restregaran a los dos por la mía, para que pensara que el que ríe el último ríe mejor, y no que el que ríe primero ríe dos veces, como le contesté a Luis Merlo en un mensaje de X, y para que yo llorara sin lágrimas, porque se me secaron por estar sentando escribiendo delante de una pantalla iluminada, y porque ya no se por qué llorar, porque cómo a ellos dos, se me quitaron del mapa para que no me ilusionara, teniendo menos motivos para hacerlo cada vez, porque se me demuestra que nada de lo que conocía ni de lo que me marque como objetivos es real, y lo que piense en voces o me digan las voces, también, porque luego nada me dicen, salvo dejarme más claras con el paso del tiempo ciertas cosas cuando las dejo madurar, siendo todos ellos una quimera, que me sirvieron en su momento para ilusionarme, y ahora para no sentir nada salvo vergüenza cuando releo los mensajes que les enviaba, un iluso humanista que sigue condenado a sufrir, pero por el que nadie da la cara, que vive del cuento, sin ninguna gana de trabajar ni hacer nada, ni irse de vacaciones, porque ni eso me ilusiona ya, solo yo me ilusiono, y en mi no quiero pensar, ni en lo que siento en el pasado, porque prefiero vivir con lo puesto, mientras soy y hago, pero no sobre lo que sentí o hice, porque me da pereza, y porque me pasaría como hoy cuando le pregunté a mi madre sobre el perro de Paulov, que saliva al ver comida, como yo, incluso cuando no tengo hambre y veo o huelo comida, experiencia que mi madre aprovechó para recordármela mejor, y decirme que es algo que nos pasa a los humanos, cuando pensaba que sólo les pasaba a los perros, pensando yo que podía ser un perro por sentir que me pasaba a mí, y por eso ladro al puto perro de la vecina cada vez que lo escucho, pero que me sirvió para confirmar que, como me dijo mi madre, el hambre y las ganas de comer es algo mental, no físico, ante lo que le pregunté que si entonces no era necesario comer, como vengo dudando, comiendo casi nada, engordando a rachas, contestándome sin mucha seguridad, que si que era necesario, pero sin saber muy bien de donde procedía su respuesta después de haberme contestado de esa manera, ante lo que no le quedó otra que decir que necesitamos alimentarnos, porque le gusta mucho comer sano pero ponerse las botas con queso de cabra, chocolate negro y amargo, cacahuetes y pistachos, que compensa comiendo poco o nada si puede, pero comiendo algo sano por si acaso, ante lo que me vino una imagen del cuerpo humano como lo imagino últimamente, con un recipiente en el estómago donde cae comida molesta que desgasta mis engranajes, y que sirve si acaso para formar el bolo con el que cago, poque se me ha demostrado que aunque no tenga nada en el estómago durante varios días cago igual, con diarrea incluso, o cagalera, y sin que ya me cause tan bien lo dulce, ni mal, pero no me da esa energía que me daba hace unos meses, aunque me hace feliz hacerlo y disfrutarlo, y no puedo dejar de hacer, porque es lo primero que hago al salir de mi casa cuando salgo a caminar todas las mañanas después de dormir los días que duermo, porque duermo una vez cada unas 36 horas aproximadamente, momento en el que si cierro los ojos, caigo desmayado durante las horas necesarias hasta que tenga algo que hacer, porque me ponga el despertador o no, si tengo algo que hacer me despierto sólo antes, y si no cuando creo haberme puesto el despertador pero nunca suena porque me despierto antes, mucho antes como hoy, o justo antes de que suene, sabiendo que hay algo en mí, algo que no es necesario que se presente, ni me siga dando toquecitos en mi rodilla izquierda, en la que tengo una prótesis, porque se que ya está, y así me hace ponerme de mal humor, porque perdí la fe en el que me da esas señales, y porque las últimas veces que me las ha dado ha sido para causarme dolor en la rodilla, rigidez, porque sin dolerme ni estar rígida, cuando aparecía ese signo e intentaba caminar, me bloqueaba al poco de ello dejándome cojo, habiéndome pasado algo hace dos semanas, pero no para tanto, y habiéndome enfermado sin estar enfermo, porque me empezó a doler todo pero no me enfermé, sino que empecé a sentir que se me quería causar daño de nuevo, sin nada que hacer, salvo pensar que estaba enfermo y me dolía la pierna y la rodilla, como una sensación que tuve hoy igual a la que tuve uno de los días previos a que me pasara esa experiencia con los dos policías y las 10 enfermeras, cuando sentía que cuando cerraba los ojos se me hacían crujir las piernas del dolor, mi pierna izquierda, la de la prótesis, que motivó una experiencia de desesperación en la que dije que nunca más escribiría por el disgusto, que no se cuando me pasó pero que la sentí y de la que me acuerdo ahora, porque sin dolerme tanto es imposible que tuviera ese dolor mientras dormía, con una presión que sólo se realiza hasta que aparece el dolor y me hace despertar de él, haciéndome recordar que nada de lo que me pasa lo puedo controlar, a pesar de que me repito cada mañana una frase que leo en un letrero que me compró mi madre que dice que Hoy voy a conseguir todo lo que me proponga, que repito porque me lo pongo en medio para verlo cuando me despierto, y porque quiero creerlo, sin creer nada ya, por lo que decía de que las creencias maduran y son más claras, pero no quiero verlas cristalinas, me es suficiente con dejarlas madurar sin que fermenten, porque cuando empiezan a oler, no quiero olerlas, porque se que cualquier cosa que me hizo ilusión o feliz fue eso, una ilusión o un sentimiento de felicidad, nada, un momento pasado, nada, para atrás y para delante, todo para ambos lados, mi vida y lo desconocido hacia lo que camino cada día, pero gustándome, al contrario que antes, dormir de noche cuando estoy cansado, para aprovechar el día y los horarios de la mayoría de la gente, y si tengo sueño, es de día y tengo sueño, intento aguantar hasta una hora que me permita abandonarme en la cama como antes de esta experiencia, por al menos 12 horas de reloj, y si lo hago antes, caigo antes, sin poder casi moverme ni queriendo cuando lo pienso mejor y creo que si lo hago despertaré a media noche sin sueño y toda la noche por delante habiendo quedado a primera hora para hacer algo, pero que logro con mucho esfuerzo para al rato estar como nuevo de nuevo, pero que cumplido el tramo que quedaba vuelvo a intentar dormirme, y ni bien lo intento, caigo rendido, sin intentar nada, cerrando los ojos y abandonándome del placer que me da tumbarme en la cama, nada que me proponga lograré porque nada me propongo pero quiero logar algo que me devuelta a un estado de felicidad sin hacer nada de lo que me gustaba antes, porque nada de eso me gusta ya, ni el cine, ni la música para bailar emocionado con ella o sentirme con energía, salvo las pocas canciones que puedo escuchar para ello, que actualmente son las de George Michael, Freedom, Faith, y unas parecidas a esas dos porque o son versionadas o versiones parecidas, en el cine se me avisó que me pasaría, me molesta porque me gustaba y ya me ha quitado las ganas de intentar ir de nuevo al cine para ver una película que pienso que me podría gustar pero me hace morirme del sueño, como la de Brutalist o la de Baby Girl, en la última me vi yo con mis dobles versiones de cuando estoy contento y al rato enfadado, o digo una cosa y hago la otra, en la primera vi a unos nazis en Estados Unidos y a Brad Pitt follándose al Brutalist, y un intermedio porque la película era muy larga, pero no identifiqué con experiencias mías, sino más bien de Lara y de Larisa, que eran las mujeres que pasaban un rato con el nazi al que identifico como el Brutalist sin ser un bruto, una obra de arte para un Oscar o un Goya, que ya no puedo seguir por principios de no seguir un vacío como mi vida que me vacíe más, aunque si lo hago después de haberlo dejado madurar un poco más seguro que disfruto y me hace reír, porque a falta de explicaciones es la única forma que tengo de dejarlo ir y sentir, porque no quiero perder tampoco ese preciado hobby que tanto me enseño en mi vida, pero no quiero seguir perdiendo tiempo sufriendo y durmiéndome, pero con la esperanza de que algo de magia haya, porque mi madre me dijo que fue a ver una película la semana pasada, la de María Calas, y me dijo que le recordó a mi abuela, Isa, la Bruja, que me cierra y es posible, porque era ella, como fue Lola Flores, Isabel Pantoja, Carmen Sevilla, y el resto de artistas que identifiqué con ella, salvo a Venus, que siendo arte no ubico con Adonis porque cuando leo de ellos me cuentan cualquier cuento chino, a Adonis lo mató un jabalí, dejaré que descanse en paz, pero un pez mató a otro, a uno que leí al leer a Herodes, el último Apóstol, el que es un profeta por haberle quitado la máscara a Jesucristo, el traidor que temía ser desenmascarado y lo fue por el que no nació en Judea pero lo hizo cerca sin ser de allí, siendo Jesucristo de Belén, a 8 kilómetros de Jerusalén, sin pasar por la vía Apia soterrada de los romanos, que avanza pero más lenta que de costumbre, porque no quiere romper las costumbres, y porque sin costumbres ni cultura qué vida tendrían los niños, una en la que van el campo a divertirse, cuando yo cuando era pequeño cuando me llevaban al campo me parecía un plan muy aburrido, y cuando me llevaban a un museo más, porque me gustaba jugar al baloncesto, ver la tele y salir de marcha, pero tenía que aguantar el resto porque mis padres o los que me cuidaban no querían que me amuermara sin que me aburriese salvo en su imaginario, porque haciendo lo que decían que me amuermaba era más feliz que como ellos pensaban, esos a los que por hacerles caso por ser a los que debía hacer caso por ser un niño me hicieron creer que estaba cachas siendo un gordito como un jabalí, o los que me querían hacer volar como superman sin saber volar ni serlo, solo estando disfrazado, o los que me hicieron creer que Miguel Calvillo lloraba mientras reía porque era actor, cuando lloraba porque siempre fue así, un llorica cagón, que no es periodista pero que solo cree lo que ve en los periódicos, o los que me dicen que me ven y se que me ven pero no dicen nada, o los que son mis amigos pero no son tan benos como para decirme algo que me consuele, o a los que me pegan golpecitos cuando les digo que basta ya de golpecitos, o los que me acompañan cuando me pajeo, todos unas caretas, como las que representan el arte o los Goya, con Goya pintado.  La renuncia al derecho, la renuncia tendrá, a ver cómo sigue ese episodio, que presentaré hoy para no dar vueltas con un escrito tanto tiempo, para luego contar lo que pienso o pasó con la otra experiencia judicial que me acecha, la de mi extradición a Argentina, que me da rabia cuando la pienso porque me la siguen recordando mi hermano y mi madre, pero que yo olvido con una facilidad que me asombre porque no me preocupa nada, pero que ante la insistencia del Magistrado de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Sr. Guevara, para que me vea otra vez el Cuerpo Médico Forense después de leer el informe en el que las psiquiatras en las que perdí la credibilidad dijeran que deliraba cuando después de esa experiencia que contara, cuando llegó la policía, después, ingresara en un centro psiquiátrico, que ahora quiere que compruebe el miembro del Cuerpo Médico Forense que cuando me vio por mi discapacidad me dijo que así no tendría que preocuparme porque no podría declarar, y así lo informaría al Magistrado haciendo lo contario, diciendo que podía declarar, pero al que le daré el gusto para hacerme el loco y reírme un rato o ver como ríe el que ríe el último, porque veré verlas pasar sin saber las consecuencias, viviendo sobre la marcha, como venga la cosa y esperando a verlas venir, porque es un procedimiento en el que ya no tengo ni ganas de alegar que el plazo máximo para extraditar según la jurisprudencia, la ley, la Unión Europea, los romanos, los griegos, y quienquiera, porque se la suda, y quieren seguir con ese procedimiento que se me dijo en voces que había que cerrar de buena forma, pero que de buenas formas no acabará, porque la única forma que en tengo ganas de que acabe es de la que sirva para algo, ya sea jurídico o para reírme, conmigo incluido, porque tengo ganas de reír de nuevo, aunque tanga que hacerme el mongolo o el loco, por ahora, dejando de sentir más para seguir teniendo hambre de vez en cuando, dejo esta experiencia para escribir el escrito de desistimiento, para presentarlo, como decía, hoy, y ver que pasa, para que pase algo.


Comentarios

  1. Eres muy dulce escribiendo, sientes más estando de buen humos que de malo, pero estás sintiendo mucho y me encanta, muchas gracias Miki

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Percibiendo a los demás y su maldad ante mi bondad, ¿soy tonto?

Verdades del subconsciente a un inconsciente estando consciente