Cosas importantes y libre albedrío








Miki se puso a escribir sobre cosas importantes de su vida, sus experiencias, incluso sobre el libre albedrío, y se percató, como me percaté yo, de que en ocasiones, como surge del escrito al que aludiré más adelante, dejaba deslizar sus dedos por el teclado de lo que tenía a mano, porque lo que cuenta es parte de una experiencia interactiva que quedó plasmada en ese escrito sin que se sepa cómo lo hizo, esa es la verdad, e iban surgiendo experiencias, sentimientos, personas que proceden directamente de su alma, sin saber cómo surgieron, pero surgieron, y al leerlo una vez terminado, todo lo que cuento, pero todo, tiene sentido para mí, nada de lo que se cuenta me es extraño, y todo me resulta muy familiar, como, por poner un solo ejemplo, Jacobo Siruela, pidiendo disculpas por llamarlo así, pero, como justo hablé con él ayer, es inteligente y no es necesario pedirle disculpas porque es de los poquísimos, exactamente 2, sin incluirme a mi, e incluyendo a mi tío Héctor Antonio, que ni las necesitan ni piden, ni requieren tampoco, y juro que si lo hicieran, las pediría, porque entienden y comprenden todo y, además, no se ofenden, de verdad, lo juro. Pero aún así, no puedo dejar de pedirle disculpas, aunque me insista de que no es necesario, y no puedo aceptarlo, debiendo referirme a él como todos debemos de hacer, Excelentísimo Señor Don Jacobo Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, conocido coloquialmente como Jacobo Siruela, Conde de Siruela, Grande de España, tercer hijo de la Duquesa de Alba, a la que conocimos también coloquialmente como Cayetana, o la Puta de España, algunos más que otros, los que menos seguramente, pero a buen entendedor, las palabras no estorban, solo yo creo haberme referido a ella así, porque estaba seguro de que así era, y ahora, no estoy seguro de nada, o de casi nada, porque la que realmente era la más puta, era mi abuela Isa y no Cayetana, Isa mi abuelita a la que me referí en la entrada anterior de este Blog, pobre Cayetana, pero como de verdad no creo en nada, no sé por qué coño pido perdón ahora, si ya está muerta, y no me importa una mierda, con perdón de los que se ofendan, pero pido perdón porque soy educado, que se jodan también. Muchas gracias Excelentísimo Señor Don Jacobo por dejarme dirigirme a Usted como se debe, y por no ofenderse, de verdad, aunque algo si noté que lo hace, justo y solamente por lo que dije recién, pero para educación la de Usted, que ni me lo dijo. Y es que, aunque parezca imposible, es de advertir y admirar que por poner sólo unos ejemplos más, porque, si es por ejemplos, de verdad lo digo, nunca acabaría, Cayetano, su hermano, y Eugenia, su hermana, se ofenden por nada, es increíble, lo juro, de verdad, lo juro por Dios, aunque ya no crea en Dios, ni en Cristo, Jesucristo, ni en nada de eso, ni en nada de nada, pero lo juro, de verdad, y por algo quiero jurar, por mis hijos, me encantaría jurarlo, y que se muriesen si mintiese, pero juro que era mi sueño tener hijos, y juro que me encantan, lo juro, pero también juro que ya no quiero tener hijos ni creo tener alguno, y me encantan, lo juro, pero, para empezar, juro que no tengo mujer, ni novia, ni pareja, lo juro, y juro que no soy gay, y juro que los gays me dan repelús, pero los respeto, haciendo mucho esfuerzo, y juro también que no quiero tener ni mujer, ni novia ni pareja, ni aunque me violen, que para mí sería una fantasía hecha realidad, lo juro, pero no las aguanto, de verdad, lo juro, a las mujeres en general, en particular y en abstracto, ni haciendo un esfuerzo, y para seguir, tampoco aguanto a los niños, aunque juro que me encantan, pero juro que no puedo con ellos, y adoptarlos, pues sí, sería una opción, pero siendo quizá la más lógica, es la que jamás, nunca, never, se que podría salir bien, solo algún suicida se atreve todavía, y olé, porque demostrado que tenía razón, lo logró y salió bien y todo, por momentos duraderos, pero como todo en esta vida, o acaso la felicidad es duradera?, pues no, ni siquiera, son momentos mucho más fugaces incluso, instantes, ni segundos, y eso de los hijos niños, porque de niñas, peor aún, si es posible imaginar, hijas menos, aunque parezca imposible, salvo las niñas chinas, que ellas si que de verdad merecen la pena, pero juro, también de verdad, que si lo hiciera, sería un problemón, jodido de verdad, acabaría con mi vida, y no porque me cortaría las venas, porque ni me atrevería, preferiría intentar morir de sobredosis de cocaína o heroína, y ni lo lograría, 

si no, porque me pegarían un tiro, no ellas, amorosas siempre, que no me dejen acercarme a ellas, que les daría un beso cariñoso pero en el chochito, y por eso el tiro que me pegarían sería incluso merecido. Benditas niñas chinas, alabadas sean todas, y debo de dejarlo ahí, porque sí, porque soy un bocazas, y me gustan los calamares, debo cortar así el tema, porque si no, sigo con los mejillones, sus chirlas, y la belleza de los samurais, intento dejar de hablar de ellas, las chinitas, pero es imposible, y debo, de verdad, lo juro, porque son todas bonitas, de pequeñitas, y durante toda su vida, y justo a ellas, si las aguantaría, pero vamos, lo que duraría, porque como digo, un tiro me pegarían, ni unas horas tardarían. Por eso, Caye, Euge, vuelvo a vosotros, y ya me dieron avisos ambos, no por lo de las chinas, que eso les da igual, porque de verdad, lo juro, se ofenden y les molesta cualquier cosa, creía que eran más cercanos y que casi nada les molestaba ya, pero jopé, no puedo decir ya nada, también hablé ayer y hoy con ellos, lo juro, de verdad, y cada cosa que hablaba con cada uno, les molestaba, y además, Euge me mintió, tuve que pedirle disculpas una y otra vez hasta las 6 a.m. anoche, porque ni Euge podía llamarla y tenía que pedirle perdón, justificarme y llamarla bien, vamos, no con todos sus nombres (María Eugenia Brianda Timotea Cecilia), que esa me la perdona, le es suficiente con Eugenia, porque como me dice, la confianza me da arcadas, y me perdona no llamarla Excelentísima Señora Doña Eugenia también, y cuando le decía, “bueno hija", me decía que eso de hija nada de nada, se molestaba mucho también, de verdad, lo juro, y al final, a pesar de que ella si que cree en Dios, y quiere a su Mamá, aunque esté fiambre, y además quiere a sus perros, y se deprime recordandolos, aunque estén muertos, de verdad, lo juro, y a pesar de que me sigue avisando hasta recién de que borre esto o aquello, y llora también, lo juro, y Caye también, me avisa, me advierte, porque para toreros, él, que cuando le digo al verle que va marcando paquete, me contesta, porque puedo, y llora también, y yo le digo, y yo no puedo, pero si puedo, te lo juro, de verdad, porque por naturaleza me es imposible, de verdad, lo juro, pero juro también que eso da igual, porque hace unos días casi me viola un señor, y no es la primera vez que me pasa, porque juro, de verdad, que se quedaron impresionados con mi miembro, pero juro, de verdad también, que que me violen o quieran tener sexo conmigo hombres, no es que me de repelús, sino que, ni asco, pero no quiero que me pase jamás, porque no puedo ni imaginarme que es real, pero lo es, pero pobres hombres los que así quieren, porque tienen una enfermedad grave, de verdad, sin cura, y a los curas, no les importa una mierda, y yo pienso, cómo es posible que los curas, o cualquiera que crea en algo relacionado con ello, la Iglesia, Dios, Jesucristo, la Virgen, y toda esa mierda, puedan seguir teniendo la cara dura no solo de intentarnos hacer creer en algo de ello, si no de creer en eso ellos, porque, en toda su vida, o en las de sus conocidos, no por dichos, sino por haberles visto, han visto que algo de esa mierda solucione algo? No, no y no, jamás, lo juro, además, lo reconoce la Biblia y varios Salmos, mentirosos, embusteros, además, de mierda. Pues a todo esto, resulta que al final llegó Tana, la hija de Caye y Fran Rivera, a las 10 a.m. a dónde ella estaba, como la buena de Tana le había avisado el día anterior, porque aunque no la conoce, la conoce, aunque parezca un contrasentido, pero es así, de verdad, lo juro, y Caye no había dormido nada, y la cara que tenía, de llorar sólo no era, lo juro, de verdad, a buen entendedor, poco tenedor se necesita, y si Caye estaba despierta a las 6 a.m. cuando la dejé anoche, porque yo quería dormir y descansar, lo juro, de verdad, porque me dolía todo, no porque me estuviera metiendo cocaína como ella, si no porque de verdad, juro, creo que me muero, lo juro, tengo un dolor en todo mi cuerpo que me llega al alma, lo juro, pero Caye no podía parar de farlopearse, y creía que iba a poder dejar de hacerlo y dormir un rato antes de que Tana llegara, lo juro que lo creía, de verdad, y también juro, de verdad, que ni yo ya la creía, porque juro también, de verdad, que eso mismo he creído yo siempre cuando he hecho lo mismo, pero sin hija ni hijo, que para el caso que ahora cuento da lo mismo, aunque juro, de verdad, que no es lo mismo ni da lo mismo, ella si que se atreve a cortarse las venas otra vez, y aunque no nos lo parezca a algunos, es jodido, pero como decía, yo cuando me meto rayas, sigo pensando de vez en cuando como ella, que podré parar y descansar, y juro, de verdad, que es posible, probable y se puede, pero no yo, ni ella, ni Caye tampoco, y en este caso, el problemón lo tuvo Euge, de verdad, lo juro, porque Caye no fue esta vez, aunque sea también eso un dramón que nunca, jamás, lograrán superar, y no precisamente por la cocaína, que los tres tenemos el mismo dramón, por no decir cuatro, que somos cuatro, porque la hija adoptada, ese caso que conté antes del hijo adoptado, también es un caso muy real, pero si, torero y torera, de felicitación, porque ahí, si digo quien es, el que me ofendo soy yo, porque es mi primita, y la quiero un montón, lo juro, de verdad, y no diré ahora nada, porque ya desgasté su nombre tanto, que cualquiera sabrá ya que es Lara, porque a ella también le molesta que la sigan llamando La, y a ella sí que le pido perdón, y me importa, pero a todo esto, a ella ya le da igual, de verdad, lo juro, pasa de esas chorradas, más vale, y por eso, como decía antes de este paréntesis, el dramón es porque Caye violó a Euge, abusó de ella y sigue obstinado con eso como si nada, y, perdón, me llamaron los dos, una y otra vez, pero justo hoy, de verdad, lo juro, lo vi con más claridad que nunca, así que Caye, Euge, os pido perdón, porque como sabéis y dije, soy educado, pero sabéis qué? Que os jodan, no os aguanto más, demasiado esfuerzo hice hasta hoy, y como decía, ya ni creo en nada, ni me importa nada, solo a los que realmente se que algo importo, Jacobo y Héctor, porque es así, nada más ha de aclararse, las evidencias abundan, porque a Lara, la quiero, no como a las chinas, de verdad, lo juro, pero a ella, se la suda. Más vale. Y como si de contar se tratara, no podría parar de escribir y contar, de verdad, lo juro, es así, no es posible parar, y juro, de verdad, que he enfermado hasta casi morir ya unas 100 veces en los últimos meses por no poder parar, ni quiero parar, porque juro, de verdad, que cuando cumplo y paro para intentar no morir, logro parar, incluso logro dormir, y al despertar, no muero, pero cada vez tengo más dolor, de verdad, terrible, y vivir así sin morir, no merece la pena, mejor morir, sin morir, porque juro, de verdad, no quiero morir, y la única forma en la que logro sobrellevarlo es escribiendo, sin poder hacerlo, lo juro, de verdad, y por eso llega un momento en el que me encantaría poder estar 10 días con sus noches escribiendo, que es la cura momentánea a tanto dolor, porque si, porque me lo ha demostrado, pero también me ha probado que al hacerlo, si se me ocurre dormir, que en algún momento es inevitable, al menos en mi caso, no porque yo quiera, de verdad, lo juro, si fuera por mí y por mis energías, no pararía ahí, pero, duermo, obligado, porque por mucho esfuerzo que haga en contrario, todas las veces, sin esperarlo, se me noqueó, estando despierto como un buho, y todas las veces, dándome cuenta al abrir los ojos sin saber cómo ni cuando intente ni quise cerrarlos y, mucho menos, dormir, excepto en una, que si que se que me noquearon dos policías sin consentírselo, que luego causó que me ingresaran en un manicomio, como conté ya también muchas veces en varias entradas de este Blog, porque cuando me refiero a la unidad de psiquiatría del Hospital Universitario de Puerta de Hierro de Majadahonda, no es otra cosa diferente, no vayan a pensar que es un lugar bello, con flores, terrazas, enfermeras, enfermeros, psiquiatras, celadores, y locos simpáticos, sino un puto manicomio de mierda y odioso. Y ya fuera al abrir los ojos, o al salir del manicomio, los dolores, físicos, psíquicos y, lo más importante y delicado, los dolores de mi alma, los sentí, como también supe que los sentía porque era la muerte la que los causaba, porque me acechaba muy cerca, lo juro, de verdad. 

Por ello, prefiero escribir, y dormir sin ser noqueado por ahora, porque así, a pesar de que mi existencia sea difícil y mi muerte aceche, por ahora es más certero que no moriré sin poder revertirlo, la última vez que lo intenté, hace poco más de un mes, estuve ingresado en la unidad de cuidados intensivos tras caer en coma, durante 20 días, lo juro, de verdad.

Por eso, ahora, lo que toca, y no elijo, es decir que lo que dije que escribí al comenzar esta entrada, procedente de mi alma, es lo que clickeando aquí, se abrirá, y podrás leer 🔙🍀❤️. Tocar como toca la familia, que no se elige, repitiré sin cesar, como dijo Héctor Antonio, muy a pesar mío, con toda la razón que tiene. 

 

 

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